La inmunidad contra el coronavirus sigue siendo una de las mayores interrogantes por resolver en esta pandemia y las investigaciones arrojan cada vez más luz sobre cómo se defiende el sistema inmunológico ante la infección.
En la respuesta inmune ante este virus intervienen muchos factores y va mucho más allá de los anticuerpos. Los resultados de la tercera oleada del estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad de España, presentados en la primera semana de julio, también arrojaron resultados similares: 14.4% de los casos que dieron positivo en la primera ronda ya no tenía anticuerpos detectables seis semanas después.

Estos hallazgos han causado el desánimo al sugerir que haber pasado la enfermedad no genera inmunidad a largo plazo, lo que cuestiona el desarrollo de las vacunas y preocupa ante la posibilidad de sufrir reinfecciones.

Sin embargo, los anticuerpos no son la única línea de defensa del sistema inmunológico, que parece actuar de forma bastante compleja frente al nuevo virus y sugiere que no tener anticuerpos no implica no tener inmunidad.

De hecho, es importante destacar que, hasta ahora, no se ha confirmado de forma oficial ningún caso de reinfección.

¿Por qué desaparecen los anticuerpos?
Los anticuerpos generados ante cualquier tipo de enfermedad se comportan de manera diferente. En el caso de los otros dos coronavirus causantes de síndromes respiratorios, los resultados también difieren.

Por ejemplo, en el SARS los anticuerpos permanecen durante años en las personas que han pasado la infección, según algunos estudios seguimiento a largo plazo. No obstante, en los pacientes de MERS, los anticuerpos desaparecen algunos meses después.

En el caso del SARS-Cov-2 parece que estos desaparecen a los pocos meses, pero los expertos también advierten que podrían estar presentes a niveles indetectables para los test o que podría haber anticuerpos para los que no se realizan pruebas.

“Los anticuerpos IgA no se están mirando y también son muy importantes. Es un anticuerpo que se genera en los sitios por los que entra el virus, las mucosas, y es un anticuerpo que bloquea, neutraliza al virus. Pero no es habitual mirarlo, de momento no hay casi kits que lo detecten”, explicó Alfredo Corell, inmunólogo y directivo de la Sociedad Española de Inmunología, a Nius.

En los pacientes de coronavirus, varios estudios parecen apuntar también a que la presencia a largo plazo de anticuerpos difiere entre los casos leves y los casos graves.

En el segundo caso, los anticuerpos aparecen en más cantidad y parece que se mantienen durante más tiempo, aunque todavía es pronto para sacar conclusiones.

Si no hay anticuerpos, ¿cómo puede haber inmunidad?
Un reciente estudio publicado en Science explicó que hay tres tipos de respuesta inmune ante el coronavirus y en una de ellas no hay anticuerpos, pero sí una respuesta celular.

Es lo que se conocen como inmunidad celular y en ella destaca el rol de las células o linfocitos T, que organizan la defensa del sistema ante la nueva infección.

Un estudio realizado en China con 175 pacientes leves de coronavirus comprobó que 10 de ellos (6% de los analizados) no produjeron anticuerpos en absoluto o no en niveles suficientes para ser detectados.

Los científicos explicaron que “otras respuestas inmunes, incluyendo células T, pueden haber contribuido a la recuperación”.

Una investigación del Instituto Karolinska en Suecia asegura que, teniendo en cuenta esta respuesta, “la inmunidad al Covid-19 es probablemente más alta de lo que las pruebas han mostrado” hasta ahora.

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